Gastón Monge
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- La presencia de haitianas embarazadas y con hijos pequeños se ha convertido en el nuevo desafío de la migración forzada en esta frontera; de cada 100 mujeres que arriban a esta ciudad, al menos 85 llegan embarazadas lo que genera un desafío muy grande tanto para las autoridades municipales como para los directivos de los 11 refugios que se encuentran saturados, por ser insuficientes para ofrecerles una buena atención, alertó el director de la Casa del Migrante Nazaret, Marvin Ajic.
Algunas de las mujeres llegan con hijos nacidos en otros países, pero algunos nacen en México, lo que dificulta su registro ante las autoridades norteamericanas al momento de solicitar asilo o una visa humanitaria.
Tan solo en dicho refugio hay unos 250 migrantes, de los más de 3 mil que hay en la ciudad, la mayoría de Haití, y en donde más de la mitad son mujeres con hijos o embarazadas que requieren de una atención especial, por lo que tienen preferencia para acudir con autoridades migratorias en la ciudad de Laredo.
Pero los menores representan otro gran desafío para las autoridades de ambos lados de la frontera, porque muchos de ellos llegan solos y son enviados al Sistema DIF para su atención, refirió Ajic.
“Muchos vienen en familia…, y es una gran cantidad de menores los que llegan a nuestros refugios”, dijo el responsable de este lugar durante la entrevista.
Mencionó que los haitianos representan un serio dilema debido a que siguen llegando muchas mujeres embarazadas y con hijos, pero solas y sin la compañía de un hombre, lo que les complica muchos su situación, sobre todo porque se tienen que quedar a dormir en las calles al no haber espacio en ninguno de los refugios.
La situación se complica aún más para las autoridades municipales, porque ante esta situación tan precaria, los haitianos instalan improvisados e insalubres campamentos en las banquetas aledañas a los albergues, quienes requieren de alimento, aseo, empleo y en ocasiones de atención médica urgente por los embarazos tan avanzados.
Lo peor es que siguen llegando grupos considerables de haitianos, ya sea en vehículos particulares o en autobuses de pasajeros, lo que los convierte en víctimas potenciales para grupos delincuenciales que rondan por esos lugares.
“Las mujeres embarazadas representan un gran desafío porque muchas llegan solas y sin la presencia de un hombre. Deben acomodarse a las condiciones de las refugios y también a las condiciones de las calles, que les impiden ingresar a un refugio”, lamentó el entrevistado.
Hace unos días Protección Civil envió en calidad de urgencia y de preferencia a 85 mujeres embarazadas, a la ciudad de Laredo para una entrevista migratoria, dijo el director de esta dependencia, Humberto Fernández Diez de Pinos, quien aseguró que ninguno de los haitianos que han llegado a la ciudad rebasa los 43 o 45 años de edad.