By En Voz Alta
Gastón Monge
- Logra AMLO mayoría calificada en el Congreso
- En el Senado se incorporan dos perredista a Morena
- AMLO, demócrata o dictador
- Carmen Lilia avanza
- Cinco mujeres podrían disputar la candidatura estatal
La conquista total del poder político ya es una realidad para el presidente Andrés Manuel López Obrador con la aprobación en la Cámara de Diputados del proyecto de dictamen de la reforma judicial, la que será presentada a la próxima legislatura el uno de septiembre, y con ello consolidará su poder con la inminente desaparición de las instituciones autónomas.
Iniciará con el poder judicial, por lo que su partido ejercerá una absoluta hegemonía sobre la sociedad, e impondrá la ideología de lo que llama la Cuarta Transformación en la vida cotidiana de todos los mexicanos cuando aplique las demás reformas.
Desde siempre Andrés Manuel sabía perfectamente que era necesario el desplazamiento del ‘poder’ que estaba en manos de la sociedad y del ‘pueblo bueno y sabio’ y centralizarlo, pero para lograrlo era necesario utilizar las nuevas tecnologías de la comunicación y las herramientas de la información, por lo que inventó las mañaneras como un medio para ideologizar al pueblo mexicano; sin duda una estrategia política muy efectiva que lo mantiene con casi el 70 por ciento de aprobación a casi un mes de terminar su mandato.
Ya con la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, y a solo un escaño de lograrlo en la Cámara de Senadores con la incorporación de los ex perredistas Aracely Saucedo y Sabino Herrera, para sumar 85 senadores de Morena, el presidente se convierte en un personaje casi omnipresente, todo poderoso, con un poder absoluto en la toma de decisiones y un discurso populista cada vez más inquietante, agresivo y peligroso.
Dicho discurso ha tenido como objetivo desde el 2018 ideologizar la visión que tiene como presidente, de la realidad, su realidad y la de su partido, para transformarla y presentarla ante la sociedad como una verdad absoluta, aunque esta verdad solo sea una falsa percepción unilateral de las cosas con un alto contenido de convencimiento y de adoctrinamiento masivo.
Con esta nueva visión de las cosas, sustentado en un novedoso esquema sociopolítico, el presidente logra también desplazar la hegemonía de la clase dominante tradicional, la que él llama clase conservadora, la derecha, el bloque opositor, hacia una nueva clase dominante cuya base política es un partido igual de poderoso y dominante, y se apropia de lo que considera útil para su sobrevivencia y permanencia en el poder.
Ante esta nueva realidad ideologizada se pone de manifiesto el surgimiento de una nueva forma de gobernar no a través de la crítica y la reflexión, no por medio del análisis ni del diálogo, sino a través del sometimiento y la imposición de criterios, en detrimento de las libertades de pensamiento y del libre accionar de las instituciones que han servido como mediadoras de conflictos y disputas entre gobernados y gobernantes, entre esa parte de la sociedad que no está de acuerdo y la que trata de imponer su criterio.
Bajo esta óptica de la nueva clase gobernante, el discernimiento de la realidad, que permite la articulación de las ideas con un enfoque crítico para distinguir lo que es falso de lo que es mentira, lo que es bueno de lo que es malo, y lo que es utopía de lo que es realidad, es desplazado para dar forma a lo que los opositores han llamado el nuevo maximato revolucionario, una forma de gobierno que se pensaba ya extinta con el Callismo, pero que ahora resurge con nuevos ímpetus bajo el nombre de lopezobradorismo.
Esta forma de gobernar de AMLO tiene algunas similitudes con el maximato de Plutarco Elías Calles, quien creó una singular forma de gobernar a través de la imposición de personajes en los nuevos gobiernos.
Así López Obrador mantendrá posiblemente su poder e influencia en el gobierno de Claudia Sheinbaum a través de la inclusión e imposición de personajes importantes e influyentes en la nueva administración presidencial, y con ello pese a que terminará su gestión como presidente, su poder seguirá vigente en el nuevo gobierno que le dará continuidad a su proyecto de Nación, al igual como lo hizo el PRI desde Plutarco Elías Calles.
Con este análisis surge la pregunta que algunos analistas afines y opositores al presidente se han formulado: ¿El gobierno de AMLO tiene visos de una autocracia, una hegemonía o una dictadura? ¿Es tal vez una nueva democracia menos representativa? O quizás todo ello combinado para darle forma a eso que llamo dictamonía, una dictadura con hegemonía. Usted amigo lector tiene la última palabra.
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Con la determinación que la sala regional del Tribunal Electoral de Poder Judicial de la Federación dio a conocer hace un par de días, de que las impugnaciones presentadas por el PAN para tirar la designación de Carmen Lilia Canturosas como presidente municipal electa de Nuevo Laredo, no tienen fundamento, el uno de octubre tomará posesión por un segundo mandato, pero con el compromiso de mejorar lo que ya hizo, y de cumplir con lo que prometió durante su campaña.
Ya con el apoyo absoluto de la bancada de Morena en el Congreso Nacional y en el Congreso local, no hay duda que de si la alcaldesa de Nuevo Laredo hace bien su papel y se mantiene su nivel de aceptación entre la población, pudiera escalar peldaños políticos más altos.
Para ello Carmen Lilia ya trabaja duro en el terreno educativo, y una muestra es la incorporación en comodato de una preparatoria municipal a la UAT, y la dotación de 69 mil 743 útiles escolares y más de 400 mil libros de texto, con el apoyo del gobierno de Américo Villarreal Anaya, quien también está impulsando de manera muy importante la educación en los 43 municipios.
Hay quienes dicen que pudiera estar en la lista de aspirantes para el próximo gobierno estatal, tarea nada fácil porque ya se están perfilando aunque muy pero muy temprano algunas damas de muy alto nivel político que están dando de qué hablar en el terreno político de Tamaulipas.
Por ejemplo, se habla ya de la próxima senadora por Morena, Olga Sosa, y también se menciona el nombre de la actual secretaria de Finanzas, la morenista Adriana Lozano; de la futura senadora por el Partido Verde, Maki Ortiz, y hasta de la también futura senadora por el PAN, Imelda San Miguel.
Sin descartar que hay hombres que también entrarán en esta pelea por la candidatura del gobierno estatal, sin duda alguna que de acuerdo a como lo ha dado a conocer la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, estos ya son los tiempos de la mujer, por lo que de ser así, la disputa por la candidatura para el próximo sexenio estatal estará entre mujeres y será harto disputada. ¿Será cierto?
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Hasta mañana
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