De la Cámara de Comercio a la UCEN: El desplome de la Representación Gremial

De la Cámara de Comercio a la UCEN: El desplome de la Representación Gremial

De Primera

Arabela García

IMSS en Tamaulipas: Abandono Crónico y Condiciones Inhumanas en las Unidades Médicas

 

En un país donde el favor político se ha convertido en la moneda corriente, la reciente visita de Adriana Lozano, secretaria de Finanzas de Tamaulipas, a los integrantes de la UCEN (Unión de Comerciantes y Empresarios de Matamoros) no es más que un recordatorio palpable de cómo la política y el poder se entrelazan para beneficiar a unos pocos. Este grupo, que incluye regidores, proveedores y hasta asesores del gobierno municipal de Matamoros, parece haber encontrado una nueva forma de asegurar su bienestar: alineándose con el partido en el poder, Morena. La situación plantea una pregunta crucial: ¿cómo están ayudando realmente a su gremio estos nuevos aliados políticos?

La Cámara de Comercio de Matamoros solía ser un bastión de liderazgo, pero con el tiempo se convirtió en un negocio familiar, perdiendo su esencia y dividiendo a los agremiados. Hoy, la UCEN parece seguir el mismo camino. La percepción es que, en lugar de luchar por los intereses del sector, muchos en la UCEN están más preocupados por asegurarse su lugar en el ecosistema político, beneficiándose personalmente mientras el gremio se desmorona. La traición a la causa gremial por la conveniencia política es un patrón que se repite y que, lamentablemente, no parece tener fin.

Por otro lado, la situación en el IMSS de Tamaulipas es una demostración sombría del desmoronamiento institucional y de cómo la falta de recursos y la ineficiencia administrativa pueden impactar gravemente la vida de los ciudadanos. Fernando Hernández Ávila, candidato a la dirigencia de la Sección X del Sindicato del Seguro Social, ha levantado la voz para denunciar un estado alarmante de abandono en las unidades médicas. Según Hernández Ávila, las instalaciones están en ruinas: sin medicamentos, sin insumos, con fallas en los sistemas de aire acondicionado, y un calor infernal que pone en riesgo la salud tanto de pacientes como de trabajadores.

El actual líder sindical, Pedro Luis Ramírez, ha sido señalado por Hernández Ávila como responsable de no garantizar que los trabajadores del IMSS cuenten con las condiciones adecuadas para desempeñar sus funciones. La crítica es dura y directa: el sindicato debería estar abocado a asegurar que todo esté en óptimas condiciones para beneficio de los derechohabientes, y no se ha cumplido. El bienestar de los pacientes está directamente afectado por la negligencia y la corrupción que permea la administración del IMSS, reflejando un deterioro que solo parece intensificarse.

La campaña de Hernández Ávila para la dirigencia sindical también pone en evidencia un problema mayor: el sistema parece estar diseñado para proteger a quienes están en el poder en lugar de atender las necesidades reales de los trabajadores y usuarios. La repetición de figuras como Zoé Robledo en el IMSS bajo la administración de Claudia Sheinbaum no hace más que perpetuar un ciclo de ineficiencia y desdén por las condiciones en las que se presta el servicio.

En conclusión, la corrupción y la falta de responsabilidad son los males que afectan tanto a la UCEN como al IMSS. Mientras que unos buscan su propio beneficio a través de alianzas políticas oportunistas, otros sufren las consecuencias del abandono institucional y la mala gestión. La realidad es que el sistema no solo falla a sus trabajadores, sino a la población en general, y el camino hacia una verdadera mejora requiere un cambio profundo en la forma en que se manejan estas instituciones y sus líderes.

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