–Inflación. desempleo. y precios altos. algunas de las causas del abandono y la pobreza–
Gastón Monge
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Aunque no existe una cifra real debido a la falta de una atención integral, se estima que hay en Nuevo Laredo cerca de 50 personas que viven en situación de calle, la mitad de ellos originarios de otros lugares del país; algunos son enfermos mentales, a otros la crisis económica los arrojó a la calle, pero a otros más la indiferencia familiar los convirtió en parias, en hijos de las calles.
Así vive desde hace cinco años Olga, una mujer de 78 años de edad que escogió vivir en las calles de esta ciudad, que soportar los dramas diarios de su familia que al parecer la echó a la calle sin explicación alguna.
Ella vive en la banqueta sur de la avenida Guerrero desde hace cinco años, tirada en el suelo, comiendo las migajas que la gente en ocasiones le ofrece, soportando sus propios olores y expuesta a las enfermedades típicas de personas que carecen de seguridad social ante la apatía total de la sociedad y de las autoridades.
Recostada entre la banqueta y una de las paredes del mercado Maclovio Herrera, Olga pasa así las horas de cada día, de cada semana, de cada mes y de cada año. No sabe el día ni la hora en que vive, ni pide alimento, y aunque el calor y la lluvia de esta temporada suelen ser extremos, a ella no le importa, solo jala un plástico para cubrirse del agua, o retira una prenda para soportar el calor.
Pero Olga no es una enferma mental total, es una mujer en completo abandono familiar. Alguna vez estuvo lúcida y disfrutaba de la vida en su hogar ubicado en la proletaria colonia Voluntad y Trabajo de esta ciudad, en donde tiene su casa y, al parecer, a su familia.
“Tengo 78 años y soy de aquí, de Nuevo Laredo. Aquí me siento a descansar, pero vivo allá en la colonia, en la Voluntad…soy de la Voluntad…tengo familia y al rato voy…”, dice con voz muy pausada, casi ininteligible, aunque a decir de algunos comerciantes cercanos, ella está en ese lugar desde hace cinco años, sin que nadie la visite y sin atención médica o social de ningún tipo.
Mientras este reportero intentaba obtener más información de la vida de Olga y de las motivaciones que la arrojaron a las calles, un par de jovencitas se acercaron para ofrecerle algo de comida, pero de inmediato lo rechazó, tal vez porque los comerciantes cercanos le ofrecen todos los días algo para comer.
“Así está desde hace cinco años, y no se mueve de lugar”, dice una mujer que aseaba la banqueta colindante con un negocio del mencionado mercado, el que atiende todos los días, por lo que se da cuenta de la presencia de Olga que siempre está recostada en ese pedazo de banqueta que convirtió en su hogar.
–¿Te gusta estar aquí? Se le preguntó mientras decenas de personas caminaban indiferentes a este drama social que trunca la vida de muchas personas que necesitan ayuda.
–“Claro. Aquí descanso”, pero nadie viene a verme”, fue su escueta respuesta ya que no escucha bien y no entiende las preguntas.
–¿Cuánto tienes de vivir en este lugar? Se le volvió a preguntar. Su respuesta fue un muchísimo tiempo con una voz muy cansada, tanto como su débil y frágil cuerpo que amenaza con quebrarse en caso de que Olga decida levantarse.
Este tipo de indigentes ya es muy común verlos caminar por las calles del centro de la ciudad, y aunque algunos piden ayuda económica, la mayoría busca el sustento entre la basura, lo que disminuye su esperanza de vida.
Un caso reciente ocurrió el 8 de julio cuando un hombre de 77 años de edad que vivía en el refugio municipal, falleció, posiblemente a consecuencia de alguna enfermedad. ¿Pero cuántos indigentes enfermos recorren las calles de la ciudad sin rumbo fijo?
De acuerdo a la Fundación Cáritas de Nuevo Laredo, este año la cantidad estimada de personas que padecen pobreza alimentaria, es decir, que tienen algún ingreso pero que no les alcanza para satisfacer sus necesidades de alimento, es de aproximadamente 20 mil personas.
Según este organismo que depende de la Diócesis local, las motivaciones de la pobreza son entre otras causas, el aumento en el precio de la Canasta Básica, la inflación y el desempleo.
Y aunque en el presente gobierno estatal de Américo Villarreal Anaya se combate la pobreza con eficacia, en el año 2020, el último año del ex gobernador de Francisco García Cabeza de Vaca la pobreza extrema aumentó del 3 al 3.8 por ciento, de acuerdo a datos presentados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
El gobierno estatal y el municipal combaten la pobreza alimentaria y social con la instalación de comedores comunitarios., orientados a la atención de adultos mayores, mujeres y niños, como una forma para frenar los efectos de la inflación que el mes pasado terminó con una tasa del 5.16 por ciento, con un mayor impacto en servicios, alimentos y bienes de consumo.
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