Tiempo de Opinar
Raúl Hernández
-Ramiro Delgado, Gran Maestro de la masonería
-Cuarto neolaredense en alcanzar esa posición
Tiempo de opinar
Raúl Hernández Moreno
16-abril-2025
Hace poco más de un par de semanas, Ramiro Ernesto Delgado Garza fue electo como Gran Maestro de la Gran Logia de Libres y Aceptados Maestros de Tamaulipas, el máximo galardón que pueden alcanzar los masones en la entidad.
De está manera Ramiro Delgado se convierte en el cuarto neolaredense en alcanzar esa posición. Los otros tres son el doctor Onofre Hernández Madrigal, y los profesores Luis Castillo Treviño y Olivio Ochoa Gutiérrez.
Esto nos hace recordar a dos inolvidables masones, Horacio Barrera Cano y Fernando Ríos Rodríguez, que participó en el Rito Mexicano. El primero alcanzó el grado 30 en el rito escoses y Ríos, el noveno, el máximo en el Rito Mexicano.
Fundada hace 200 años en México, aunque en Europa surgió desde el siglo XVII, la masonería es una sociedad secreta no tan secreta, que se empeña en mantenerse como tal y que tiene como rasgo fundamental autoproclamarse como liberal, lo contrario a los Caballeros de Colón, ese grupo católico que durante diversos períodos de nuestra historia ha rayado en el fanatismo.
Durante mucho tiempo se creyó que ser masón era una condición para acceder al poder en México. Masones fueron Benito Juárez, Porfirio Díaz, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas.
En cambio, Madero no era creyente religioso, aunque creía en el espiritismo y Manuel Camacho, en 1940, fue el primer presidente en declararse creyente.
José López Portillo también era masón, pero no tuvo inconveniente en reunirse en privado, junto con su familia, con el Papa Juan Pablo II.
En otro tema, México no reanudará relaciones diplomáticas con Ecuador porque la reelección del presidente Daniel Noboa fue muy “dudosa”, sostuvo la presidenta Claudia Sheinbaum, con todo y que la OEA avaló la victoria.
Las relaciones están rotas desde abril de 2024, cuando agentes policiacos y militares entraron a la embajada de México en Quito, para capturar al vicepresidente Jorge Glas, acusado y sentenciado por corrupción y refugiado desde el 17 de diciembre de 2023.
Una vez que la policía le echó el guante a Glas, el presidente Andrés Manuel López Obrador exigió que le regresaran a su reo y demandó disculpas públicas del gobierno ecuatoriano, que lo mandó a freír espárragos.
En julio de 2024 hubo elecciones presidenciales en Venezuela y el dictador Nicolás Maduro se proclamó ganador y el organismo electoral lo avaló sin dar datos concretos de los votos obtenidos. Desde Europa, Latinoamérica y Estados Unidos, el mundo enteró denunció que hubo fraude y en cambio México calló, pretextando el derecho a la libre determinación de las naciones, que hoy se pasa por alto con Ecuador. ¿Dónde quedó aquello de que entre los individuos como entre las naciones el derecho al respeto ajeno es la paz?
En el caso de Ecuador, el triunfo de Glas puede ser dudoso para algunos, lo que en cambio es claro es que en Cuba no hay elecciones y ahí México es aliado y cómplice, no del pueblo cubano, sino de la dictadura militar.
La complicidad de Morena con la dictadura cubana es la misma desde tiempos del PRI. Por eso en la década de los años setenta del siglo XX, los guerrilleros mexicanos que pidieron asilo en Cuba, quedaron en calidad de visitantes vigilados, todo el tiempo, por el gobierno. Eran los tiempos en que Cuba promovía y financiaba grupos guerrilleros en el mundo, excepto en México, porque era aliado del PRI.
A Cuba, Venezuela y Nicaragua, el gobierno mexicano llama naciones progresistas. Lo mismo debe opinar de Corea del Norte y de toda nación donde se usa el garrote militar para aplastar las disidencias y en los que el pueblo sufre de hambre permanente y ausencia de libertades.