–Rematan su ganado y sobreviven al igual que sus reses, dice dirigente–
Gastón Monge
El sector agropecuario en esta región de Tamaulipas atraviesa por una de las crisis más severas de este siglo, luego que el 60 por ciento de la producción de ganado se malbarató o falleció por sed y hambre, mientras que las presas y los agostaderos de los 16 ejidos están en niveles muy críticos, reveló el dirigente del Comité Campesino Municipal, afiliado a la CNC, Alejandro López Robles.
De los 850 ejidatarios que hace 20 años mantenían hatos ganaderos en buen estado, hoy solo quedan 200 que sobreviven con lo poco que les ofrece la naturaleza; el resto abandono el campo, vendió o renta parte de sus tierras.
Como ejemplo, dijo que uno de los ejidos más productivos, el Francés y Buenos Aires, en sus mejores tiempos alimentaba poco más de 400 cabezas de ganado, de los que sobreviven solo 120. Lo mismo ocurre en los ejidos La Cruz y Miguel Alemán, los que luego de contar con más de dos mil cabezas, actualmente solo tienen si acaso 500.
Se quejó que el costo del alimento para el ganado está muy caro, al igual que los combustibles para sus vehículos y maquinaria, lo que merma su economía al realizar varios viajes para el transporte de alimento y agua para sus animales.
“La gasolina sube, el gas sube, el alimento está muy caro. Estamos gastando mil pesos diarios para alimentar pocas vacas, y el nivel económico de nuestra gente no da para eso, además de que tenemos que cargar el alimento hasta nuestros ejidos porque no hay”, expresó con preocupación el campesino entrevistado en las instalaciones del Comité.
Pero parte de esta crisis se debe también a la ausencia cada vez más frecuente de las lluvias, y aunque se les permite obtener agua del río Bravo para su ganado, no hay permiso para el cultivo, por lo que la tierra está seca e improductiva.
“Solo en el Miguel Alemán se está regando por parte del sector social, al resto se le retiraron los permisos de tomar agua del río, por lo que los productores de la tierra nos volvimos productores de ganado, y esta situación ya es para nosotros muy crítica”, reiteró.
Si no llueve y si los apoyos que antes había no llegan, la situación podría ser ya insostenible para muchos de los 200 ejidatarios que sobreviven en condiciones de abandono por parte de las autoridades federales y estatales desde el año 2018.
De acuerdo al Monitor de Sequía elaborado por Conagua al 15 de junio de este año, Nuevo Laredo y ciudad Guerrero se ubican entre los municipios con mayores índices de sequía, que van de moderada a normalmente seco.
“¿Qué nos podría ocurrir si no llueve? Tendríamos que vender nuestro ganado muy barato, o esperar a que se muera. ¿Pero a quién se lo vendemos si todos estamos igual?”, cuestionó con ironía.