Tiempo de Opinar
Raúl Hernández
uriria Iturbe, líder estatal de Morena, y los diputados locales Magaly Deándar. Humberto Prieto, Marco Gallegos y Armando Zertuche, le hicieron un llamado a Carlos Peña Ortiz para que decline en su intención de buscar la reelección a la presidencia municipal de Reynosa.
Dijeron que el tiempo apremia, a 12 días de que inicien las campañas, y si no se reemplaza a Peña, se corre el riesgo de que Morena se quede sin candidato en plano proceso.
Tienen razón, los ex aspirantes a la alcaldía en Reynosa, pero no del todo.
No es Carlos Peña quien solicita el registro ante el INE, esa protestad la tiene Morena. En este caso la dirigencia nacional, a quien se ha señalado de haber vendido la candidatura de Reynosa y quizá por eso el propio delegado en Tamaulipas, Mario Llergo y Mario Delgado están empeñados en sostener la candidatura, para no devolver el dinero que hayan recibido a cambio de apoyar a Carlos Peña, en el supuesto de que esto sea verdad.
La decisión del registro de Peña no está en manos de éste, sino del partido, y no del partido estatal, el nacional.
Ahora bien, podrá sostener medio mundo que la suspensión de los derechos políticos de Carlos Peña es legal, porque un juez lo ordenó y el INE acató ese mandato. Pero la realidad es que los derechos políticos se suspenden hasta que hay una sentencia penal condenatoria en firme, que no es el caso de Carlos Peña.
A Carlos Peña se le procesa, entre otros delitos, por la compra de un rancho con recursos de procedencia ilícita, pero no ha sido sentenciado. Es presunto culpable, pero una cosa es ser presunto y otra ser culpable.
A Carlos Peña alguna autoridad judicial le va a dar la razón y va ordenar que le restituyan sus derechos políticos, pero tiene el tiempo encima, con el agregado de que cuando sesione el consejo general del IETAM, para validar las solicitudes de registro, le va a negar éste, por la suspensión de sus derechos que decidió el juez de control.
En el mundo jurídico una cosa es la justicia y otra el derecho. Lo que es justo no siempre es legal y lo que está contemplado en la ley, no es siempre es justo.
Vivimos en un país donde los ricos y los poderosos utilizan al aparato judicial a su favor y en un mundo de impunidad, a veces se agradece que por encima de la ley se ubique el poder político para poder ejercer justicia, así sea de manera extra legal, como está sucediendo en el caso del junior alcalde de Reynosa, que junto con su madre, se creen y se sienten dueños de esa ciudad.
Carlos Peña es tan tonto y tan soberbio que se ha negado a acatar los llamados judiciales que le ha enviado el juez de control para desahogar el expediente que se integró en su contra.
El muchacho se escuda en que tiene fuero y es tan imbécil que al rato va a cometer públicamente el delito que se le antoje, convencido de que porque tiene fuero no puede ser detenido.
Carlos Peña en su soberbia llevó la penitencia. Bien se merece no ser candidato. Ya robo tres años, que permita que otros se enriquezcan.