Tiempo de Opinar
Raúl Hernánderz
Tiene toda la razón el diputado Gustavo Cárdenas cuando dice que nos hemos acostumbrado a vivir en la inseguridad. Ocurre una situación de riesgo y los tamaulipecos voltean hacia otro lado, en espera de que la situación pase.
La inseguridad es uno de los muchos fracasos del presidente Andrés Manuel López Obrador, al grado de que muchos mexicanos creen que es cómplice de grupos delincuenciales.
En el sexenio van casi 200 mil homicidios violentos, cifra muy superior a los de los sexenios anteriores.
La inseguridad no nació con Vicente Fox, como piensan algunos ingenuos. Es de siempre. Solo que antes, la autoridad era más eficiente en su combate. Había corrupción en los cuerpos de seguridad, pero no como en la época moderna.
En el porfiriato transitar por los caminos era muy riesgoso. Las diligencias estaban obligadas a viajar con una escolta armada y aun así había asaltos, en los que no era raro que los viajeros fueran asesinados y las mujeres violadas. La respuesta de don Porfirio fue crear los Rurales, que literalmente mataban a los ladrones y se acabó con ese flagelo.
En el sexenio de Felipe Calderón el crimen organizado creció exponencialmente. Para colmo su secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna se dedicó a proteger a un grupo delincuencial y combatió a los demás. Con cada relevo presidencial, el asunto se pone peor. Pero con AMLO fue el acabose.
Va ser imposible que Claudia Sheinbaum revierta décadas de fracasos y más si le da continuidad a esa aberración de “abrazos, no balazos”.
En otro tema, falta mucho para el relevo en la administración municipal, lo que si le podemos adelantar es que es casi un hecho que Cristabell Zamora Cabrera será la coordinadora de los regidores de Morena, lo que nos parece un acierto pues haber sido regidora y diputada federal, es una garantía de que cumplirá su responsabilidad con la mayor de las eficiencias.
Por supuesto, será necesario tender puentes de dialogo con los opositores, por el bien de Nuevo Laredo.
El cabido necesita regidores que debatan, que argumenten. Ya estamos hartos de los levanta dedos, de la gente mediocre, que se concreta a cobrar su sueldo, pero nunca presentan ninguna iniciativa, nunca debate, nunca discute. Por supuesto, debemos tener los pies en la tierra y hacernos a la idea de que la mayoría del nuevo cabildo llegan con la idea de obtener un buen sueldo y nada más. Y si pueden aventarse una a transa que les deje ganancias extras, mejor.
En fin, no esperemos mucho.
Por otra parte, algo deben hacer las autoridades aeroportuarias para mejorar las instalaciones del aeropuerto Quetzalcóatl. Ciertamente el volumen de pasajeros que se mueve diariamente es mínimo, pero es necesario ampliar las instalaciones, para alojar a más usuarios, abrir dos o tres restaurantes que atiendan a los pasajeros e incluso que los habitantes de Nuevo Laredo acudan, si ofrecen servicios de calidad. Se necesita ampliar el estacionamiento, para facilitar el acomodo de los vehículos.
El actual aeropuerto deja mucho que desear. Hace días estuvimos en la central de autobuses de Monterrey y está mucho mejor que el aeropuerto de Nuevo Laredo.
No cabe duda que seguimos siendo un rancho grandote, donde se maneja muchísimo dinero, pero no se ve.
Para colmo, es un error desviar los aviones al aeropuerto Felipe Ángeles porque está en la nada, en tanto que los vuelos al AIFA son exageradamente caros. Viajar a Monterrey, sigue siendo una mejor opción, con el agregado de que desde ahí se conecta a todo México y se viaja al extranjero. No es casualidad que todos los días, varias decenas de neolaredenses, o quizá cientos, decidamos movernos a Monterrey para viajar desde ahí