¿Los debates son necesarios para todos los candidatos o solo para los que van perdiendo?

¿Los debates son necesarios para todos los candidatos o solo para los que van perdiendo?

El Francotirador

Óscar Jiménez

Los candidatos que van abajo en las encuestas suelen enfrentar un dilema estratégico cuando se acerca la fecha de los debates.

Estos encuentros públicos ¿son una oportunidad crucial para presentar sus propuestas, contrastar ideas y ganar visibilidad ante el electorado, o de plano desacreditar al candidato que va ganando en las encuestas?

Slotra pregunta nos asalta ¿Realmente son los candidatos rezagados quienes más insisten en la realización de debates? Parece que sí.

Aquí hay algunos puntos a considerar:

La necesidad de visibilidad: Los candidatos con menor respaldo en las encuestas a menudo carecen de la misma visibilidad mediática que sus contrincantes mejor posicionados. Los debates les brindan una plataforma para llegar a un público más amplio y presentar sus argumentos o críticas o dar golpes mediáticos. Por lo tanto, es comprensible que busquen participar en estos eventos.

La oportunidad de diferenciación: Los debates permiten a los candidatos destacar sus diferencias y propuestas únicas. Incluso si están detrás en las encuestas, pueden utilizar el escenario del debate para resaltar sus ideas y contrastarlas con las de los líderes. Esto podría ayudarles a ganar simpatizantes y cambiar la percepción del electorado, pero sobre todo lanzando críticas a diestra y siniestra y no siempre con argumentos sólidos.

El Riesgo de no participar: Si un candidato se niega a participar en los debates, podría ser percibido como evasivo o poco comprometido con la democracia, aunque la no participación no sería determinante para perder. Ejemplos podemos citar uno a bote pronto. Américo Villarreal Anaya no participó en un debate y por la enorme diferencia que llevaba a su favor en las encuestas aún así ganó su elección.

Los votantes podrían cuestionar por qué no está dispuesto a debatir. Pero hay que entender que cada candidato aplica la estrategia que más le convenga para lograr el único objetivo en una elección y ese es ganar.

Por lo tanto, algunos candidatos rezagados pueden ver la participación en debates como una necesidad estratégica para querer remontar los números adversos en las encuestas pero el candidato que va adelante puede decidir que esa no es la estrategia adecuada para él o ella.

En resumen, los candidatos rezagados pueden ser los más interesados en los debates, ya que ven en ellos una oportunidad para ganar visibilidad, diferenciarse y así mediante críticas, a veces corrosivas, remontar números adversos en las preferencias electorales.

Aunque no siempre es el caso, la dinámica electoral y las estrategias individuales influyen en la decisión de participar en estos eventos (debates), pero es decisión de los candidatos ir a un debate o no, aunque hay que subrayar que en el caso de la elección de presidente del país y de gobernador de Tamaulipas se organizan los debates por ley, pero es decisión de los candidatos acudir.

 

osjinuf@gmail.com

editor

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