Vida Diaria
Rosa Elena González
Se define como parásitos a todo ser vivo que de manera temporal o permanente vive a expensas de otro organismo.
No conforme con alimentarse de un organismo ajeno, lo enferman, le dañan todo lo bueno y en ocasiones terminan hasta con la vida de lo que les mantiene, hay muchos tipos de parásitos, la mayoría con el mismo objetivo, mantenerse vivos en un sistema.
Cierto es que existen varias clases de parásitos, los que dañan cuerpos vivos, humanos, animales y hasta plantas, son peligrosos, pero detectados a tiempo con ellos se puede acabar.
Pero existe otra clase de parásitos, y más peligrosos, capaces hasta de acabar con los de su misma especie, son, como dijera PAQUITA La del barrio, de dos patas, y a veces parecen animal rastrero. Unos viven de tres a seis años, otros permanecen siempre dentro de un sistema.
Estos parásitos de dos patas con su sola presencia contaminan el ambiente, destruyen y terminan con todo lo bueno y puro que les rodea, aunque algunos permanecen quietos, solo alimentándose del sistema, recibiendo las bondades que les brinda el poder, logran estar ahí sin hacer nada, solo ser parásitos y vivir a expensas de los demás.
En este bello país se les ve en todos lados, en todas las administraciones, los hay de todos los colores, los más peligrosos son los de una cepa específica llamada políticos, esos parecen gremlins pues se reproducen a la menor provocación, mutan de acuerdo a sus conveniencias.
Y si, esos parásitos políticos, que hay en todas las administraciones, son los más dañinos, capaces de terminar rápidamente con presupuestos y tranquilidad de los ciudadanos, se refugian cómodamente en el poder, sin preocuparse de nada, son más numerosos que los ninis, lo peor, sus becas son mucho más generosas.
Se nos acabaría el espacio y no terminaríamos de enumerar al montón de parásitos políticos, de ayer y hoy, vividores del sistema. Claro unos más visibles que otros, pero siempre están enfermando, de una manera u otra, todo aparato público.
Para muestra ahí tiene usted al dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, ALEJANDRO, ALITO, MORENO CARDENAS, parásito que se incubo en el PRI y cada vez le tiene más enfermo, ese parasito está a punto de acabar con la vida del tricolor
Y así como ALITO, créame, hay muchos más, de hecho, en el Congreso local, en esta 65 legislatura hay más parásitos que seres productivos.
Como dijera un amigo teatrero, son tantos tantos esos parásitos políticos que si flotaran ya se hubiera oscurecido el cielo, y lo peor, entre ellos se reconocen.
Seguramente hasta rebasan los 7.5 millones de ninis que hay en el país, pululan por todos lados, unos aprendices y otros consumados, son tantos debido a que en este grupo no tienen una edad determinada, los hay de todas las décadas, de todas las especies y colores.
Cierto, esta clase de parásitos han existido siempre, incuban en los partidos políticos, crecen en los gobiernos y pelean por acabarse el organismo, o los presupuestos.
Pero los de estos tiempos parecen más peligrosos, son capaces hasta de comerse a los de su misma cepa, priistas contra priistas, panistas contra panistas, disimuladamente, pero igual se ven casos donde morenos buscan desesperadamente acabar con otros de su color pues el poder les enloquece, aunque muchos de ellos para el pueblo no tienen oficio ni beneficio, solo son unos parásitos.
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