Medalla Belisario Dominguez

Medalla Belisario Dominguez

 

 

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Raúl Hernández Moreno

11-diciembre-2024

 

Este año el Senado de la República decidió entregar la medalla Belisario Domínguez a la editora neolaredense Ninfa Deándar Cantú, por toda una vida defendiendo desde las páginas de El Mañana lo que a su juicio es lo mejor para la ciudad, el estado y el país.

No ha sido una tarea fácil. En los tiempos de Carlos Salinas, la Secretaría de Hacienda auditó a El Mañana durante varios años continuos y fue necesario asignarles a los auditores lugares apropiados dentro de las instalaciones de la empresa, para que tuvieran un mejor desempeño de sus funciones.

Hubo megalómanos como Manuel Cavazos Lerma empeñados en destruir a la señora Deándar a como diera lugrar y uno de los últimos alcaldes, Enrique Rivas se propuso lo mismo, con el aplauso ruidoso de varios diarios locales que vieron en la acción una oportunidad de oro; desaparecido El Mañana, ellos podían ocupar su lugar.

Que Cavazos Lerma y Rivas hayan optado por suspender todo tipo de publicidad era lo de menos. Mal el asunto, cuando además de no autorizar publicidad, venían las amenazas, como con Francisco García Cabeza de Vaca que desde antes de ser gobernador envió como negociador a un tipo mal encarado que fue directo al grano: ustedes deciden si quieren ser amigos del futuro gobernador o son sus enemigos.

En las últimas décadas, nadie como El Mañana padeció la presión del crimen organizado por publicar información de tipo policiaco.

En el 2004, su director Roberto Mora fue muerto a puñaladas y al poco tiempo su asesino apareció muerto en su celda.

Tiempo después el reportero Jaime Orozco Tey quedó inmovilizado de sus piernas, luego de que un hombre ingresó armado a las instalaciones y las rafagueo, alcanzando a Jaime.

Esto además de que la fachada y paredes de El Mañana fueron atacadas en varias ocasiones con granadas y metralleta.

Ante todo, este cúmulo de ataques -presiones de los malos, presiones de los políticos- cualquier otro editor hubiera tirado la toalla y se hubiera retirado a vivir en paz, pero la familia Deándar decidió resistir, quizá convencida de que vendrían tiempos mejores.

Esos tiempos llegaron de la mano del ex presidente Andrés Manuel López Obrador que se hizo amigo de la señora Ninfa a finales de los noventas del siglo 20, cuando López Obrador era líder nacional del PRD. No solo eran amigos, la señora aportaba recursos económicos al propio AMLO para sus actividades.

Como presidente, AMLO dio instrucciones de apoyar con publicidad a El Mañana, fue de los pocos medios de provincia que alcanzaron ese respaldo.

La señora Ninfa siempre se esforzó en hacer de El Mañana algo más que un periódico regional. En los ochentas, El Mañana enviaba a sus reporteros a Michoacán, a Chihuahua, a Monclova, a Piedras Negras, a San Antonio, a donde fuera necesario.

También organizaba ciclos de conferencias con la participación de políticos del momento, desde Vicente Fox, Porfirio Muñoz Ledo, Ramón Alberto Garza, Mauricio González de la Garza, Armando Fuentes Aguirre. Eran reuniones abiertas al público en general.

Esta tradición ha seguido. En los últimos años el periódico ha financiado la presentación de conferencistas de la talla de Jorge Castañeda, Lydia Cacho, Pedro Salmerón, Elena Poniatowska, y hasta una Guadalupe Loeza, que a muchísimos no termina de convencerlos, pero tiene lo suyo.

Trabajé para El Mañana de 1984 a 1995. Fue una época muy bonita. Muy merecida la medalla Belisario Domínguez para la señora Ninfa. ¡Felicidades! A ella y a su familia.

editor

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