Gastón Monge
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Del agua que es regresada al río Bravo luego de ser utilizada en esta ciudad, un 15 por ciento regresa sin un tratamiento adecuado, ya que se retorna a través de unas 12 descargas directas, mencionó el titular de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), Agustín Boone.
Al no ser tratada adecuadamente, ese 15 por ciento de aguas residuales que caen al río Bravo, permea la calidad del agua y la hace no apta para ser tomada por los habitantes de esta ciudad, aunque dijo el funcionario que se trabaja y que hay avances, y reconoció que en el arroyo de la colonia La Joya se depositaban cerca de 110 litros por segundo de aguas residuales, lo que disminuyó a solo 30 litros.
“Seguiremos en coordinación con el gobierno municipal para seguir atacando esta problemática”, explicó Boone
El titular de la CILA, fue invitado con el Consejo de Instituciones para exponer sobre las actividades que realiza dicho organismo internacional, y explicó que habló sobre la coordinación que existe con las dependencias de los tres órdenes de gobierno para actuar en caso de alguna contingencia.
Dijo que comentó como la CILA determina los tiempos y la información que maneja, y cómo se manejan las cuencas en caso de que se presenta algún huracán en la región y las acciones que se deben tomar.
Comentó que con la experiencia de las inundaciones del 26 de septiembre del año pasado, se coordinó una reunión a inicios de junio con dependencias municipales, para determinar las acciones que se deben realizar para prevenir las inundaciones, como el mantenimiento de los colectores pluviales y llevar a cabo la limpieza de canales y arroyos.
“En dado caso que se presente una creciente del río Bravo, es donde CILA colabora y tiene jurisdicción”, mencionó, aunque dijo que actualmente se padece una sequía, ya que la precipitación es de 103 milímetros durante el primer semestre, cantidad que está por debajo de los 230 milímetros que habitualmente caen durante mayo”, explicó.
Dijo el funcionario que de acuerdo a los pronósticos del SMN y de Estados Unidos, el segundo semestre de este año será más abundante en lluvias, sobre todo en los meses de septiembre y octubre.
Pese a la sequía y a la baja cantidad en los niveles de las presas La Amistad y Falcón, el agua del río Bravo es suficiente para abastecer el consumo humano y las necesidades de la agricultura en la región.
“La presa La Amistad cuenta con el 50 por ciento de su capacidad, y eso garantiza el abasto en las ciudades fronterizas, y los planes de riego ya fueron distribuidos por la CNA, pero también debemos esperar a que termine la temporada de huracanes y sabe cómo quedarán las presas, y de esa manera establecer los planes agrícolas, aunque el agua para su consumo está garantizado”, explicó.
Desde el año 2011 que no se tenía registro de lluvia tan escasa y de una sequía como la actual, ya que está lloviendo la mitad de lo normal en la presente temporada