Laredo, Texas.- Víctimas por insolación, por hambre y sed, ahogamiento en el río, por viajar hacinados en tráileres sin ventilación y otras dramáticas causas, un total de 101 cuerpos y restos de indocumentados, en su mayoría sin identificar, han sobresaturado la morgue regional del condado de Webb.
Las altas temperaturas de la región, que rebasan los 40 grados, han contribuído que en este año se haya incrementado el número de personas de distintas nacionalidades que han perecido de muchas maneras, en sus intentos de internarse al territorio norteamericano.
Gran porcentaje de estos decesos, deben a consecuencia del daño cerebral por estar expuestos a los incandescentes rayos solares y, en consecuencia, a la falta de oxígeno y por deshidratación.
Corinne Stern, la médico legista encargada de este almacén mortuorio, indicó que actualmente ya no se tiene espacio para custodiar a más cadáveres, porque no solo recibe cuerpos de este sector, sino también practican autopsias a personas fallecidas de otros condados vecinos como Brooks, Val Verde, Maverick, Dimmit, Zavala, LaSalle, Jim Hogg, Duval, Zapata y Starr.
Manifestó que los tres cuartos refrigerados con que cuenta la morgue, están repletos de cuerpos humanos, muchos de ellos de hace 5 meses, tiempo que se requiere para realizar las necropsias y después trabajar en su identificación de cada uno de ellos , para posteriormente repatriarlos .
Los cadáveres tienen que estar en permanente refrigeración, a fin de retrasar su descomposición orgánica, en tanto se les practica la autopsia y se les trata de identificar, agregó.
Stern atribuyó la causística del incremento de que cada año perezcan más indocumentados en suelo estadunidense, a que los “coyotes” cada día son más deshumanizados al dejar al abandonarlos perdidos entre el monte y el desierto, porque no les aconsejan a que cuando realicen sus largas travesías, lo hagan con ropa y calzado adecuado, protegidos, también, adecuadamente del sol.
“Hemos visto cuerpos con una pobre indumentaria, con tenis baratos que se les rompen y se producen llagas, que después se infectan y se gangrenan los pies”, comentó.
“Ellos (los indocumentados) creen que llegando a Estados Unidos, termina su aventura… No! Apenas empieza. Existen muchos peligros todavía, pero ellos no lo saben”, expresó la entrevistada por jrnoticias.net.
Muchos de estos cadáveres, señaló, pertenecen a inmigrantes provinientes de México, Guatemala y de otro países centro y suramericanos, lo que multiplica el trabajo, por lo que también aumenta la labor diaria en esta morgue.
Todos los días, dice, su personal se dedica contactar consulados, a tramitar documentación de las personas fallecidas en su país, con propósitos de identificar y enviar los cuerpos a sus lugares de origen.
“Tenemos un intenso trabajo, no sólo en la labor forense, sino también en el aspecto administrativo; realizamos un trabajo que nunca termina, sino al contrario: cada día aumenta”, expresó la doctora Stern.
Dijo que ante esta situación, está pidiendo a la Corte de Comisionados fondos necesarios para ampliar la morgue con cuando menos otro cuarto refrigerado, así como la apertura de vacantes en su oficina, para poder hacer frente a la intensa demanda que provoca este problema migratorio.