Gastón Monge
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Más de 500 migrantes que salieron de Angola, Ghana, Costa de Marfil, El Congo, y otros países de África que viven conflictos bélicos internos motivados por el racismo y persecuciones políticas, se encuentran detenidos en el interior de unas bodegas al sur de la capital de Honduras, en espera de reiniciar su viaje a la frontera norte de México, con la finalidad de ingresar a Estados Unidos en calidad de refugiados o asilados.
La denuncia la hace el periodista Bartolo Fuentes, integrante de la Red ‘Comunicación Comunitaria’, a quien se le ha impedido establecer contacto con ellos para no dar a conocer de manera pública la precaria situación en la que se encuentran estos grupos de migrantes extranjeros.
“Estamos en unas restricciones absolutas, y no hay posibilidad de movernos, porque no hay ni transporte público, y solo podemos hacerlo en nuestros autos con un salvoconducto”, explicó el periodista.
Un numeroso grupo de caribeños oriundos de Haití y Cuba también se encuentra detenidos en Choluteca, una antigua ciudad colonial ubicada 133 kilómetros al sur de Tegucigalpa, capital de Honduras, pero conviven en condiciones insalubres y en riesgo de ser contagiados por el COVID-19, que en ese país ha provocado la muerte de 243 personas, además de 5 mil 880 casos confirmados hasta este viernes 5 de junio.
Violencia policial y COVID-19
“El gobierno de Honduras se ha desentendido, por lo que desde hace tres días algunos migrantes decidieron iniciar primero el camino hacia México, debido a la difícil situación que en estos momentos se vive en Estados Unidos”, explicó el periodista a través de una plática telefónica con este reportero desde la ciudad de Progreso, cercana a la costera ciudad de San Pedro Sula, lugar adonde llegan los africanos y los caribeños, ya sea en avión o en autobuses a quienes regresan desde Tapachula, México, para su deportación.
Sin embargo, dijo Fuentes que luego de su salida de las bodegas, unos migrantes que escaparon fueron detenidos por la policía hondureña para no dejarlos pasar a Guatemala, utilizando la fuerza para impedir su camino hacia México, pese a que entre ellos hay muchas mujeres y niños, algunos de ellos recién nacidos en ese país centroamericano.
Por la fuerza, dijo el periodista, los migrantes fueron subidos a varios autobuses para su traslado y confinamiento a la capital hondureña, con el propósito de que sean deportados a sus respectivos países, en atención a un decreto que el 22 de abril firmó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump para detener la inmigración ilegal a su país.
“El gobierno de Honduras firmó un compromiso con Trump, pero es incongruente porque entonces Honduras sería tercer país y les tendría que dar asilo, pero ellos no se quieren quedar aquí, pero tampoco quieren ser deportados”, señaló el periodista.
Reiteró que en muchas ocasiones se han denunciado las condiciones tan precarias en las que conviven los 500 migrantes atrapados en Choluteca, así como los cerca de 100 que decidieron emprender el camino hacia México y que fueron detenidos por la policía.
“Todos ya están con la idea de salir a caminar hacia México, igual que hace unos meses cuando salió una caravana de casi dos mil africanos, pero en Tapachula fue reprimida, todos pasaron por Honduras, y en enero presencié cómo mientras salía la caravana de hondureños, al entrar a Guatemala iban bajando de los cerros muchos negros para integrarse a la caravana, y vi cómo fueron subidos a unas camionetas que después regresaron vacías, porque se dedican al tráfico de migrantes que tienen dinero para pagar”, explicó.
La situación para los africanos en Honduras es muy grave, según la calificó el periodista, quien dijo que el gobierno de Honduras miente al decir que ayuda a los migrantes, con comida, “y eso es mentira porque hay un millón de personas que viven de la economía informal, y otro tanto que vive de lo formal”, señaló.
El 8 de junio los hondureños volverán a la ‘normalidad’ para que todos regresen a sus trabajos, clasificados en tres grupos: Grupo 1 (20%), grupo 2 (40%) y grupo 3 (60%), pero nadie supervisará a la gente, por lo que los contagios en vez de disminuir podrían aumentar.
Este país de 9 millones de habitantes ocupa el primer sitio en cuanto a mortalidad por COVID-19 en Centroamérica, lo que motivó que los hospitales estén dirigidos por militares para la protección de las instalaciones, mientras que la policía está entregando mascarillas a médicos y enfermeras, “pero es solo para hacer el video porque es una mentira, y dicen que será obligado usar la mascarilla o una multa de 300 Lempiras, el equivalente a un salario mínimo diario”, explicó.
En Honduras una mascarilla o cubre bocas tiene un precio de tres dólares, lo mismo que gana un ambulante al día, por lo que de acuerdo a Fuentes, ya es un artículo más de la Canasta Básica, “por lo que es posible que la gente comience a irse otra vez porque hay mucha hambre, pero se irá en situaciones de mayor riesgo, por lugares más peligrosos y a enfrentarse a atropellos de todo tipo como violaciones, asesinatos, robo de niños, pero aumentado”, precisó.
En caso de salir de Honduras los africanos, llegarían primero a las ciudades de Tapachula y Arriaga, para después emprender el camino hacia Oaxaca y Veracruz hasta llegar a la ciudad de México, y de allí tomar las rutas de Tamaulipas, ciudad Juárez o Tijuana.
En octubre del 2018 ingresó a México la primera caravana de centroamericanos, y desde octubre del año pasado fueron los africanos y los cubanos los que por cientos llegaron a Tamaulipas, por lo que de acuerdo al periodista Fuentes, es posible que en los próximos días inicie una nueva caravana de africanos y caribeños con destino a la frontera norte de México.
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