Gastón Monge
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Autos varados, calles inundadas, viviendas bajo el agua, arroyos y canales desbordados, así como el retraso de cientos de personas que no llegaron a tiempo a sus centros de trabajo, son algunas de las secuelas que dejó una tormenta que rebasó la capacidad de respuesta de las autoridades municipales, que justificaron este descontrol al decir que se trató de una tormenta ‘atípica’, término ya común en todas las administraciones.
Cuatro horas consecutivas de lluvia, suficientes para desquiciar la vida laboral y cotidiana de esta ciudad al registrar una precipitación de agua de 103 milímetros, poco más de 4 pulgadas, durante la madrugada de este lunes, de acuerdo a informes de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA).
Fue una lluvia intermitente la de esta madrugada que se concentró en solo 4 horas, de la medianoche del domingo a las 4 de la mañana de este lunes, de acuerdo al organismo internacional.
Un funcionario de Cila, ubicado en el puente internacional ‘Puerta de las Américas’, informó que del viernes al sábado, la subestación registró dos milímetros de agua, mientras que entre el sábado y el domingo la precipitación fue de 12 milímetros, lo que contrasta con los 103 milímetros de este lunes.
De acuerdo a la página eltiempo.es, una precipitación de lluvia superior a los 60 milímetros puede ser considerada como torrencial y de riesgo extremo, por su intensidad y los daños que puede ocasionar entre la población.
“No tenemos certeza de cuanto más puede durar la lluvia porque no se puede estimar, pero por cada metro cuadrado equivale a la acumulación de un litro de agua. Y como al mediodía del domingo fue cuando empezó la precipitación, y luego durante la noche fue muy larga con picos altos de la medianoche a las 4 de la mañana del lunes”, explicó la fuente de Cila.
En cuanto al río Bravo se percibió un incremento en su caudal, pero será momentáneo porque su nivel bajará en cuanto deje de llover, hasta llegar al medio metro que tenía antes de la tormenta, aunque en los momentos pico de la tormenta llegó a 1.90 metros de altura, agua que se registrará en pocas horas en la presa Falcón.
Incomunicación
La cantidad de agua fue tanta que dejó incomunicadas decenas de colonias debido a la inundación de sus calles y el desbordamiento de arroyos y canales que impidió que miles de personas acudieran a sus trabajos, lo que fue reportados por personas a través de redes sociales cuando se trasladaban a sus trabajos.
Ante esta situación se activó el Consejo Municipal de Protección Civil para brindar apoyo a los ciudadanos en caso de requerirse.
De ello, funcionarios municipales justificaron las inundaciones de calles recientemente reparadas con colectores nuevos, pero que se inundaron, al considerar que se trató de una lluvia atípica, argumento que es utilizado por todas las administraciones municipales cuando cae una tormenta que pone en evidencia lo frágil de la estructura pluvial de la ciudad.
Por la mañana, el secretario del ayuntamiento, Juan Ángel Martínez, así como el secretario de obras públicas, Carlos de Anda, y el director de protección Civil, Humberto Fernández Díez de Pinos, se reunieron en el crucero de César López de Lara y Venezuela para dar a conocer lo ‘bien realizado’ de los trabajos en ese lugar que dijeron, ya no se inunda como antes, aunque no se trasladaron a lugares en donde las inundaciones fueron evidentes.