En Voz Alta
Gastón Monge
Mientras los partidos de oposición a Morena y sus aliados, PAN, PRI y PRD se duermen en sus laureles con unas campañas federales muy sosas y muy alejadas de los medios de comunicación, en Tamaulipas Morena afina cada vez más sus baterías a lograr el llamado ‘Plan C’ que el presidente López Obrador desea para lograr la mayoría calificada en el Congreso federal y en los congresos locales.
Y si los problemas que han surgido al interior de Morena por la forma en que han sido seleccionados algunos candidatos a las alcaldías en los municipios de la frontera tamaulipeca, esta decisión obedece más a una estrategia política que a un proceso político de selección de candidatos.
Las inconformidades en los municipios de Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo, Victoria y Tampico, más que generar conflicto al interior de Morena, sirve como un proceso de depuración, un filtro para saber con quienes cuenta Morena, y para fortalecer la base social con que cuentan los seleccionados por la famosa y muy criticada encuesta.
Resulta que para Morena, sus aliados y la dirigencia nacional aplica muy ese dicho que dice: Más vale malo por conocido que bueno por conocer.
Esto implica que los personajes que hasta el momento han sido seleccionados mediante la insaculación, ya ganaron una elección y cuentan con un amplio capital social y político lo suficientemente grande y sólido como para garantizarle a Morena el triunfo en las elecciones del dos de junio.
Y es que Morena no experimenta ni improvisa en donde no debe. Se va a la segura porque quiere ganar las dos Cámaras, la presidencia de la República con una candidata que si bien no convence, tiene la marca de la casa, que es la imagen del propio presidente López Obrador, y con eso es más que suficiente para que esos beneficiados por los programas sociales, voten por el partido de Andrés Manuel casi en automático.
En Tamaulipas, por ejemplo, la ruta que sigue Morena es contar con candidatos fuertes, carismáticos y garantes de triunfo. La estrategia consiste en colocarlos además de en Morena, en los partidos aliados para obtener la mayor cantidad de votos que los lleven al dominar el Congreso local, por lo que no es casual que el conflicto haya surgido precisamente en los municipios más importante de la frontera tamaulipeca.
¿Por qué? Pues porque en cuestión de votos los electores fronterizos suman el 55 por ciento del padrón electoral, y de ese porcentaje más de la mitad se ubica en el rango de edades de los 21 los 45 años de edad, y es esa la edad que más sale a votar en tempos electorales.
Tamaulipas cuenta con casi tres millones de electores, de ellos, la mitad se concentra en su frontera, y aunque no todos saldrán a votar el dos de junio, el trabajo de los candidatos seleccionados o insaculados es motivar el voto entre los indecisos, los opositores y los que nunca salen a votar, que en términos reales suman una buena cantidad de votos.
Ese es el trabajo encomendado a los candidatos al Senado, a las diputaciones federales y a las diputaciones locales, porque ganar los Congresos por mayoría con dos tercios del total de las curules, garantizaría Morena el control del Congreso y en la toma de decisiones en cuanto a reformas, presupuesto y proyectos. Nada mal ¿No cree usted?
Viendo así las cosas, Morena debería ganar las dos tercera partes de las curules para tener el control y el poder en el Congreso local, además de ganar la mayoría de los 43 municipios.
No es gratuito que las campañas de Olga Sosa y el JR, de Eugenio y Maki, de Carlos Canturosas se centren más en los municipios del norte tamaulipeco, y que en sus discursos se hable del Plan C, porque hay que decirlo, la lucha más dura será por el control del Congresos local con una mayoría calificada.
Y lo mismo debe ocurrir en el plano federal para que de ganar las dos terceras partes camerales, las 20 reformas constitucionales que el presidente López Obrador pretende llevar a cabo antes de terminar su gestión el último día de septiembre, se logren.
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Eugenio Hernández estuvo en Nuevo Laredo la tarde del martes, y se reunió con un nutrido grupo de comunicadores que le mostraron gran simpatía al igual que a su compañera de fórmula, la ex alcaldesa de Reynosa, Maki Ortiz.
En dicha reunión denostó a quienes le fabricaron los delitos que lo llevaron a la cárcel durante casi seis años, pero dijo que se trató de una experiencia de mucho aprendizaje que le llevó a perdonar a quienes lo traicionaron y le fabricaron delitos inexistentes, pero también confió que es posible que los demande.
Dijo a los comunicadores presentes que aún tiene mucho que aportar en beneficio de Tamaulipas, y que por eso aceptó competir con las siglas del Partido verde, un partido que ya conoce porque hace 20 años en alianza con el PRI fue candidato.
Maki y Eugenio llevan a cabo una intensa campaña por Tamaulipas con la intención de consolidar el Plan C del presidente López Obrador, tarea que confían en lograr gracias a su carisma, su simpatía y al apoyo que les muestran en los municipios que han visitado. En Hora Buena.
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En forma sorpresiva la ex alcaldesa de Tampico, Magdalena Peraza, renunció a sus pretensiones de contender por una diputación local por el Distrito 22, y aunque no se dan los motivos precisos de su renuncia, las malas lenguas atinan a decir que se debe a una invitación que le hizo la hermana del gobernador Américo Villarreal, Mónica, de unirse a su equipo y fortalecer la campaña con miras a ganarle la partida al panista Chucho Nader, y de paso fortalecer el humanismo mexicano en Tamaulipas, una tarea que el gobernador Américo Villarreal lleva a cabo con estrategias orientadas a fortalecer la seguridad en la entidad, y a garantizar yb clima de paz y tranquilidad para los tamaulipecos.
Duro trabajo que le espera a Peraza en caso de ser ciertos esos rumores. Por lo pronto el PAN ya trabaja para sustituirla y nombrar a otra candidata.
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Hasta mañana